Mazón propone reformar el Estatut para renombrar la AVL como “Acadèmia de la Llengua Valenciana”
El president anuncia además una nueva Ley de Señas de Identidad y plantea que los alumnos puedan elegir entre examinarse de castellano o valenciano en la PAU; la oposición considera la medida inviable
El Debate de Política General celebrado este martes en Les Corts ha servido a Carlos Mazón para desplegar una batería de anuncios en clave económica, social y cultural. El más llamativo ha sido su intención de impulsar una reforma del Estatut d’Autonomia y de la ley de creación de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) para rebautizarla como “Acadèmia de la Llengua Valenciana” y delimitar lo que ha llamado su “perímetro de actuación”.
El jefe del Consell ha defendido que la AVL nació como un instrumento de consenso “para evitar un conflicto estéril” en torno al valenciano, pero que en los últimos años “ni sus decisiones han sido respetadas por las instituciones ni ha ejercido como garante de nuestra lengua propia”. Según Mazón, la Academia “se ha convertido en una institución sin denominación de origen” y “el valenciano no ha contado con su defensa institucional”.
La propuesta, sin embargo, parte con escasas opciones de prosperar. Al ser la AVL un ente estatutario, su modificación requiere el apoyo de tres quintas partes de Les Corts (66 diputados), una mayoría que PP y Vox no alcanzan. Además, cualquier cambio debería pasar por el Congreso y someterse a referéndum en la Comunitat Valenciana. La propia AVL ha calificado el anuncio de “brindis al sol” y ha recordado que su creación en 1998 fue fruto de un pacto político amplio, posteriormente consolidado en el Estatut de 2006.
El movimiento de Mazón se interpreta también en clave política. Su socio de gobierno, Vox, ha sido muy beligerante contra la AVL, a la que considera un “caballo de Troya del catalanismo”, y ha defendido incluso su desaparición. El PP, que necesita a Vox para aprobar los presupuestos de 2026, recupera así un debate simbólico que había quedado aparcado.
En paralelo, Mazón anunció que el Consell elaborará una nueva Ley de Señas de Identidad “para proteger y promocionar nuestras singularidades como pueblo”. Esta norma ya existió bajo el mandato de Alberto Fabra, pero fue derogada por el Botànic.
Otra de las propuestas del president se dirige al ámbito educativo: solicitar al Ministerio de Educación que los estudiantes puedan elegir si examinarse en la PAU de castellano o valenciano, o que al menos solo compute en la nota de acceso la mejor de las dos calificaciones.
Con estos anuncios, Mazón retoma la llamada “batalla cultural” en la Comunitat, en un contexto político marcado por la negociación de las cuentas autonómicas y la presión de su socio de gobierno.