La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades y secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant, ha vuelto a encender la polémica al definirse como una “hooligan a ultranza” de las víctimas de la Dana, tras replicar a la vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, quien la calificó de “hooligan política”. Sin embargo, las palabras de Morant contrastan con la realidad que viven muchos damnificados, que todavía esperan las ayudas prometidas por el Ejecutivo de Pedro Sanchez hace ya más de un año.

En declaraciones en Valencia, Morant aseguró que las víctimas han sido “maltratadas y ninguneadas” por el Consell, acusando al Gobierno autonómico de falta de empatía. No obstante, la ministra evitó hacer autocrítica respecto al papel del Gobierno central, responsable de gestionar una parte importante de las ayudas que aún no han llegado a numerosos afectados o lo han hecho con meses de retraso.

Mientras Morant se reivindica como defensora de las víctimas, las asociaciones que las representan recuerdan que las promesas del Gobierno siguen sin cumplirse y que muchos vecinos continúan con sus viviendas dañadas o sin compensación. En este contexto, resulta llamativo que la ministra, más centrada en reproches políticos, no haya reconocido los fallos de coordinación ni las demoras en los pagos.

Además, Morant volvió a cargar contra el president de la Generalitat, Carlos Mazón, cuestionando su presencia en el funeral de Estado en memoria de las víctimas. Según ella, “las víctimas le piden que se quede en casa”, aunque desde la Asociación de Afectados insisten en que lo que esperan son soluciones reales, no más enfrentamientos entre partidos.

La imagen de la ministra como “hooligan de las víctimas” queda así en entredicho. Muchos afectados recuerdan las palabras de Pedro Sanchez durante la catástrofe —“si necesitan ayuda, que la pidan”— como símbolo de la indiferencia institucional que hoy Morant parece olvidar. Entre declaraciones y acusaciones cruzadas, las víctimas siguen esperando menos palabras y más hechos.