Lucía Pérez Forriol: "La mente necesita momentos de pausa para gestionar la ansiedad y conectar con uno mismo"
La psicóloga valenciana explica cómo desenmascarar el "modo avión", escucha emocional y límites sanos son clave para cuidar la salud mental postpandemia
En una amena entrevista en EsRadio Valencia (105.5 FM), Lucía Pérez Forriol, psicóloga general sanitaria, abordó con fluidez el creciente interés por la salud mental tras la pandemia. Explicó que hubo un importante empujón mediático durante el confinamiento, pero que el reconocimiento real data de una evolución cultural y científica que, en los últimos diez años, ha incrementado notablemente la demanda de atención psicológica.
Pérez Forriol señaló que sus pacientes suelen acudir con problemas de ansiedad o cuadros mixtos de ansiedad y depresión, los síndromes que representan la “punta del iceberg”: síntomas físicos como dolor en el pecho o dificultad para respirar, pensamientos intrusivos, emociones intensas. Todo esto evidencia que el cuerpo envía señales de que algo no va bien y necesita ser atendido.
La experta invitó a dejar de vivir en piloto automático: “Hemos caído en el modo avión, pasamos la vida sin reflexión, como robots”, por lo que destacó la necesidad de detenerse a reflexionar, practicar momentos de silencio o mindfulness y conectar internamente. Estos ejercicios de autoobservación, según ella, permiten conocerse mejor y prevenir la desconexión emocional.
También habló del valor de la empatía humana: esas personas que observamos cada día —una postura, un gesto— podrían esconder historias profundamente complejas. Destacó que un psicólogo es quien recibe esa intimidad como un regalo, comparando al paciente con un libro fascinante que merece ser leído y comprendido.
Lucía reflexionó sobre el fenómeno de “ir de duro”, personas que minimizan el sufrimiento ajeno o el propio: “Esa dureza es una conducta evasiva. Todos somos vulnerables, y reconocerlo requiere coraje”. En ese sentido, subrayó la importancia de poner límites saludables, tanto hacia otros como hacia uno mismo, sin culpabilizar: aprender a decir “no” sin culpas y respetar las propias necesidades emocionales.
Otra recomendación relevante fue la necesidad de pararse y entender por qué no apetece una situación —por ejemplo, salir con amigos— y no forzarse únicamente por actitud. —“Si no entiendo la causa, la fuerza de voluntad no sirve bien”, explicó—.
La psicóloga también abordó la presión que los padres proyectan sobre los hijos como “pequeños escaparates de éxito”: hijos obedientes, brillantes académicamente, socialmente exitosos. Advierte que esto reproduce tensiones personales y bloquea la autenticidad familiar.
Finalmente, habló de su libro, «Desaprender para aprender», donde reúne aprendizajes acumulados a lo largo de su práctica profesional. Lucía afirma que escribir fue una forma de compartir herramientas esenciales para vivir más conectados, conocerse mejor y construir relaciones sanas.