Según Catalá, se han retirado 40.000 toneladas de residuos, lo que equivale a la cantidad generada en un mes en la ciudad de València. Para ello, el presupuesto inicial de 800.000 euros se incrementó hasta un millón de euros, reflejando el esfuerzo adicional del Ayuntamiento. La alcaldesa señaló que la intervención del consistorio fue necesaria porque Demarcación de Costas no actuó con la rapidez esperada. Aunque inicialmente se esperaba que esta entidad asumiera el trabajo con un contrato de emergencia por 600.000 euros, el plan propuesto por Costas resultaba insuficiente y de ejecución tardía. Al entender que Costas no llegaría a tiempo para la temporada, el Ayuntamiento asumió la responsabilidad de limpiar las playas para evitar impactos negativos para los hosteleros de la zona y los vecinos, además de mitigar los riesgos medioambientales derivados de los residuos orgánicos acumulados tras las tormentas y el incremento de las temperaturas.

Catalá también criticó la falta de apoyo por parte del Gobierno de España en cuanto a la financiación de estas labores. Al considerar que los trabajos de limpieza realizados por el Ayuntamiento no deben ser considerados una inversión, sino un gasto corriente, la alcaldesa instó a la delegada del Gobierno y al Ejecutivo central a asumir la factura de los trabajos. A pesar de las dificultades, Catalá subrayó que València está preparada para recibir la temporada alta, con la costa lista y limpia para marzo y abril, salvo por posibles episodios de tormentas que pudieran generar nuevos residuos.