Alejandro Villena alerta sobre la "crisis de la atención" y el consumo de pornografía: "Hemos pasado de ser alguien a ser algo"
En el espacio 'Paremos a pensar' con Mariano Durán, el experto psicólogo analiza cómo la inmediatez digital y la pornografía nos convierten en "cautivos", despersonalizando las relaciones humanas y afectivas
En una nueva entrega del espacio de reflexión «Paremos a pensar», el comunicador Mariano Durán conversó con el psicólogo Alejandro Villena sobre uno de los desafíos más urgentes para las familias actuales: las adicciones a las pantallas y a la pornografía. Durante la entrevista, Villena describió el escenario actual no solo como una crisis de atención, sino como una crisis de libertad, afirmando que las tecnológicas bombardean al usuario para anular el pensamiento crítico, convirtiéndonos en «cautivos digitales» en lugar de nativos digitales.
El psicólogo destacó el concepto de «coste de oportunidad», refiriéndose a todo lo que nos perdemos de la vida real y de la conexión con los demás por estar inmersos en una pantalla. Según Villena, la sociedad ha perdido la capacidad de aburrirse y de mirar hacia adentro, lo que nos transforma en «autómatas de lo tecnológico» y esclavos del esquema estímulo-respuesta, impidiendo la gestión emocional y el autoconocimiento.
Uno de los puntos más críticos de la charla fue el análisis del consumo de pornografía. Villena advirtió sobre el peligro de una sexualidad basada en el consumo y la inmediatez, similar a pedir comida rápida por una app. El experto sentenció que «hemos equiparado a la persona con el producto» y que «de ser alguien hemos pasado a ser algo», un proceso de despersonalización que elimina la empatía y fomenta un modelo de relación basado en el «yo-yo» y el «ya-ya».
Para enfrentar esta realidad, Villena ofreció pautas claras a las familias centradas en las «tres Pes»: Persona, Pantallas y Pornografía. Recomendó retrasar el acceso a los smartphones, fomentar la tolerancia a la frustración y educar en un ocio saludable. Finalmente, instó a los adultos a revisar su propio consumo y a mostrar vulnerabilidad, recordando que para conectar de verdad con los hijos y la pareja es necesario salir de la «falsa perfección» de las redes sociales.
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