Belenes Chirivella: el arte de la Navidad que sobrevive tras cinco generaciones en Valencia
La histórica tienda, fundada en 1880, se adapta a los nuevos tiempos con la venta online y la distribución exclusiva de piezas artesanales sin perder su esencia familiar.
A escasos días de la Nochebuena, la ciudad de Valencia respira ya el ambiente de las fiestas. Mientras los más pequeños disfrutan de sus primeras jornadas de vacaciones, en el corazón del centro histórico, un negocio familiar trabaja a pleno rendimiento para que no falte un solo detalle en los hogares valencianos. Se trata de Belenes Chirivella, un auténtico emblema de la tradición local que lleva desde finales del siglo XIX siendo el referente absoluto en la venta de figuras y nacimientos.
Fundada en 1880 por Vicenta Pascual, la tienda comenzó su andadura como una librería religiosa en la que los belenes eran solo un complemento. Sin embargo, con el paso de las décadas y la llegada de nuevas generaciones, el negocio evolucionó hasta especializarse por completo en el arte pesebrista. «Yo soy la cuarta generación y, aunque la librería cerró en 1991, seguimos adelante con el Belén como nuestra base fundamental», explica Álvaro Chirivella, actual responsable del establecimiento ubicado en la calle Escolano, 20.
Tradición y vanguardia
A pesar de su longevidad, la casa ha sabido adaptarse a la modernidad. En el año 2002, fueron pioneros en España al lanzar su propia página web, lo que les permitió expandir su alcance más allá de las fronteras valencianas. Actualmente, no solo venden al detalle, sino que actúan como distribuidores exclusivos de prestigiosas marcas y colaboran estrechamente con artesanos de España e Italia.
Álvaro desmitifica la idea de que su labor se limite al mes de diciembre: «Es un trabajo de todo el año. Entre enero y marzo ya estamos realizando los pedidos de figuras de barro y piezas enteladas, que tienen un proceso de fabricación artesanal muy lento».
El corazón del hogar
En estos días previos al 25 de diciembre, la tienda vive su momento de máxima afluencia, con colas en la puerta para adquirir la pieza que Álvaro considera innegociable: el Niño Jesús. «El Belén está dedicado al nacimiento; sin el Niño, estaríamos hablando de otra cosa», afirma con convicción.
Con el respaldo de su madre, Pilar Ferrero —fiel oyente de la emisora—, y el resto de la familia, Belenes Chirivella encara una nueva Navidad manteniendo viva una llama que se encendió hace 145 años, demostrando que la artesanía y la fe en las tradiciones siguen teniendo un lugar privilegiado en la Valencia del siglo XXI.
