En un esfuerzo por potenciar la biodiversidad y el valor ecológico de su entorno natural, la Concejalía de Medio Ambiente ha culminado la creación de un huerto de mariposas en el marjal de Massamagrell. Este proyecto no es solo una mejora del paisaje, sino una intervención de ingeniería ecológica diseñada para ofrecer refugio, alimento y zonas de reproducción a diversas especies de lepidópteros y otros insectos polinizadores.

Un diseño basado en la botánica autóctona

El huerto ha sido configurado mediante la plantación estratégica de especies vegetales autóctonas, seleccionadas específicamente por su doble función biológica. Se han integrado plantas nutricias, esenciales para que las orugas puedan alimentarse y completar su ciclo vital, y plantas nectíferas (como la lavanda, el romero o la ruda), cuyas flores actúan como fuente de energía para los ejemplares adultos.

Las mariposas son consideradas bioindicadores fundamentales: su presencia en el marjal es un síntoma de salud ambiental y de la ausencia de contaminantes químicos. Al fomentar sus poblaciones, se garantiza la polinización de la flora silvestre circundante, lo que genera un beneficio en cadena para todo el ecosistema del marjal.

Educación y concienciación ciudadana

Más allá de su impacto biológico, este espacio nace con una clara vocación pedagógica. El entorno contará con señalética informativa que explica las distintas fases de la metamorfosis de las mariposas y la importancia de proteger los corredores ecológicos. El objetivo es que tanto los centros educativos como los vecinos puedan observar de cerca la naturaleza y comprender la interdependencia de las especies.

Con esta actuación, Massamagrell refuerza su compromiso con la recuperación del marjal, transformándolo en un aula de naturaleza viva que contribuye de forma directa a frenar la pérdida de biodiversidad en el litoral valenciano.