El "infierno" de Jerusalén frena en seco al Valencia Basket (85-82)
Los de Pedro Martínez ven cortada su racha de cinco victorias tras un final de infarto ante el Maccabi y denuncian un "trato hostil" e insultos racistas por parte de la grada local.
El Valencia Basket regresó de Israel con las manos vacías y un profundo malestar. El equipo taronja cayó derrotado ayer jueves en Jerusalén ante el Maccabi Tel Aviv (85-82), en un encuentro marcado no solo por la tensión en la pista, sino por un ambiente extradeportivo que el club valenciano ha calificado de «inadmisible». La derrota supone el fin de una brillante dinámica de cinco victorias consecutivas en la Euroliga, frenando la escalada del equipo en la clasificación europea.
El partido fue una batalla de trincheras desde el salto inicial. Los hombres de Pedro Martínez, que llegaron a la cita en un momento de forma dulce, se toparon con un Maccabi muy físico y una atmósfera asfixiante en el pabellón. A pesar de ir a remolque durante gran parte del choque, el carácter taronja emergió en el último cuarto. Liderados por un combativo Kam Taylor (15 puntos) y la brega de Matt Costello bajo los aros, el Valencia Basket logró llegar a los últimos 30 segundos con opciones reales de victoria.
Sin embargo, la moneda salió cruz. En una última posesión agónica, el equipo dispuso de hasta tres lanzamientos triples para forzar la prórroga —incluyendo dos intentos de Montero—, pero el aro escupió el balón, certificando la derrota por tres puntos.
Más allá del resultado, la noticia estuvo en la grada. Tras el pitido final, el Valencia Basket emitió un comunicado expresando su indignación por el trato recibido. La entidad taronja ha anunciado que presentará una queja formal ante la Euroliga, aportando pruebas de «insultos racistas y violencia verbal reiterada» dirigidos tanto a la plantilla como al propio Pedro Martínez, quien se vio impedido de realizar con normalidad la entrevista post-partido.
Desde el club aseguran que el comportamiento de un sector de la afición local cruzó todas las líneas rojas, convirtiendo el partido en una encerrona que va en contra de los valores de la competición. Ahora, toca pasar página y centrarse en la Liga Endesa, aunque con la mirada puesta en los despachos de la Euroliga, esperando una sanción ejemplar por lo vivido ayer en Israel.
