La normalidad institucional entre la Generalitat Valenciana y el Gobierno central tiene fecha de reinicio. Juanfran Pérez Llorca, recién investido president de la Generalitat, se desplazará al Palacio de la Moncloa el próximo miércoles 17 de diciembre para mantener su primer encuentro oficial con Pedro Sánchez. La cita, programada para las 10:00 de la mañana, busca romper la dinámica de bloques y «recomponer puentes» con un objetivo prioritario: acelerar la reconstrucción de las zonas devastadas por la DANA.

Lejos de una visita protocolaria, Pérez Llorca acudirá a Madrid con una carpeta de reivindicaciones urgentes bajo el brazo. La propuesta estrella será la creación inmediata de una Comisión Mixta permanente que integre al Gobierno de España, la Generalitat, las diputaciones y la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP). El objetivo de este organismo es eliminar burocracia, evitar duplicidades y silenciar el cruce de acusaciones políticas para centrarse en una respuesta eficiente para los municipios damnificados.

En el apartado de infraestructuras críticas, el mandatario valenciano pondrá sobre la mesa la ejecución definitiva del desvío del barranco del Poyo, una obra histórica reclamada para evitar futuras catástrofes y que se ha convertido en una prioridad ineludible tras las recientes inundaciones.

Más allá de la emergencia, Pérez Llorca aprovechará el encuentro para reactivar la agenda económica valenciana. El president exigirá la reforma del sistema de financiación autonómica y, mientras esta se materializa, la aprobación de un fondo de nivelación transitorio que compense el déficit estructural que asfixia las cuentas de la Comunitat. Asimismo, el agua volverá a ser eje de debate, con la defensa de los recursos hídricos necesarios para la huerta de la Vega Baja y l’Albufera como garantía de futuro económico y ecológico.

Desde su toma de posesión el pasado 2 de diciembre, Pérez Llorca ha insistido en un perfil de gestión basado en el «diálogo, consenso y entendimiento», distanciándose de la confrontación estéril. Esta reunión será la prueba de fuego para comprobar si esa voluntad de colaboración se traduce en inversiones reales en los Presupuestos Generales del Estado.