La salud bucodental sigue siendo una de las grandes preocupaciones de la población, no solo por motivos estéticos, sino por el impacto directo que tiene sobre la calidad de vida. Así lo señaló la doctora Marta Peydró, responsable de Clínica Peydro, durante una entrevista en Es la Mañana de Valencia, donde destacó que “cuando alguien deja de poder comer, también deja de sonreír”.

La odontóloga recordó que la pérdida progresiva de dientes provoca una adaptación forzada del paciente a alimentos blandos o dietas muy restringidas, hasta que llega un punto en el que “el castillo de naipes se derrumba” y comer se convierte en un problema diario. En ese momento muchos pacientes son verdaderamente conscientes de cuánto tiempo llevan sufriendo en silencio.

El miedo al dentista, al pinchazo o al dolor durante los tratamientos es, según la doctora, la causa más habitual de que las personas retrasen las visitas y permitan que la situación empeore. Sin embargo, asegura que hoy la odontología vive “un momento muy bonito”, con técnicas completamente indoloras, planificación paso a paso y, si se necesita, sedación consciente para que el paciente se sienta tranquilo y prácticamente dormido durante el procedimiento.

Ese cambio marca un antes y un después. Peydró afirma que ningún paciente ha salido de la clínica sin pronunciar la misma frase: “Ojalá lo hubiera hecho antes”. Más allá de la estética, la especialista destaca los beneficios en la salud general: una mejor masticación mejora la digestión, la absorción de nutrientes y fortalece el sistema inmunológico. Además, se recupera la vida social, la autoestima y la confianza al hablar o reír sin miedo.

Por ello, lanza un mensaje claro a quienes aún dudan: “Si te estás limitando en tu día a día por tus dientes, es el momento de solucionarlo”. Los tratamientos actuales permiten resultados rápidos y un cambio vital profundo. “La boca es el inicio —concluye—, pero el final es una vida más plena y sana”.