El nerviosismo del PSOE ante un cambio en el PPCV: el escudo de Mazón se agota y el foco apunta a Sánchez
Ferraz pierde su enemigo cómodo en la Comunitat Valenciana y teme que el relevo de Mazón destape la falta de respuesta del Gobierno de Pedro Sánchez durante la DANA
La política valenciana vuelve a agitar el tablero nacional. Con Carlos Mazón cada vez más debilitado y el Partido Popular de la Comunitat Valenciana preparando su relevo, el PSOE observa con creciente inquietud los movimientos internos del principal partido de la oposición. La posible llegada de Vicente Mompó, presidente de la Diputación de Valencia, como sucesor natural de Mazón, ha encendido las alarmas en Ferraz, que ve cómo se desvanece su adversario más útil.
Hasta ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez había convertido a Mazón en el blanco perfecto: un presidente autonómico fácil de señalar y un escudo conveniente para eludir responsabilidades por la mala gestión del Ejecutivo central durante la DANA del 29 de octubre. Pero ese relato se desmorona. Sin Mazón como diana, el foco se dirige inevitablemente hacia La Moncloa, donde la falta de previsión y respuesta institucional sigue sin explicarse.
Óscar Puente marca el tono: miedo y ataque preventivo
El encargado de verbalizar la inquietud socialista ha sido, una vez más, Óscar Puente. El ministro de Transportes publicó un mensaje en X (antes Twitter) que ha causado revuelo:
«Este es peor que Mazón. Al tiempo. Queda dicho.»
Una frase que no deja lugar a dudas: el PSOE intenta desacreditar a Mompó incluso antes de que asuma el liderazgo, anticipando que su llegada podría fortalecer al PPCV justo cuando el Gobierno más teme perder el control del relato. En Ferraz saben que Mompó no arrastra el desgaste mediático de Mazón y que su perfil discreto, dialogante y profundamente conocedor del territorio puede consolidar al PP valenciano de cara a las autonómicas de 2027.
Vicente Mompó ha demostrado ser un dirigente cercano, con experiencia de gestión en la administración provincial y una visión equilibrada de las tres provincias valencianas. Desde la Diputación de Valencia ha tejido puentes institucionales y ha impulsado proyectos que han beneficiado tanto a los municipios del interior como a las zonas más turísticas y urbanas. Es un político de base, con los pies en la tierra y con una agenda centrada en las necesidades reales de los valencianos, no en los titulares de Madrid.
Diana Morant, la gran ausente
Mientras tanto, la ministra Diana Morant, llamada a ser la alternativa socialista en la Comunitat Valenciana, no levanta vuelo. Ni siquiera con la crisis abierta en el PP ha logrado capitalizar el desgaste de Mazón. En Valencia, su falta de liderazgo es cada vez más evidente, y su dependencia de Moncloa ha restado peso a su figura.
Morant ha intentado refugiarse en el discurso oficial del Gobierno, pero los resultados no acompañan. Ni la gestión de la DANA ni su defensa cerrada del “galgo de Paiporta” —como algunos definen ya al presidente Sánchez por su estilo escurridizo ante las responsabilidades— le han servido para conectar con los valencianos.
Ferraz pierde el relato
El cambio que se avecina en el PPCV podría dejar al PSOE sin relato y sin excusas. Si Mazón abandona la primera línea, ya no habrá un “enemigo útil” al que culpar de los errores del Ejecutivo central. Y en ese escenario, Pedro Sánchez tendrá que dar explicaciones que hasta ahora ha esquivado.
El nerviosismo socialista ante la reorganización del PP valenciano no es casual: por primera vez en meses, el viento político sopla en dirección contraria. Y Ferraz lo sabe.
