El Ciutat de València vivió una noche de fútbol intenso con la visita del Real Madrid. El Levante afrontó el duelo con energía y sin complejos, respaldado por una grada entregada que soñaba con otra de esas gestas que han marcado la historia reciente en Orriols. Aunque el marcador final (1-4) reflejó la eficacia ofensiva del conjunto de Xabi Alonso, los de Julián Calero dejaron sensaciones positivas en varios tramos del encuentro.

El arranque fue alentador para los granotas. Iván Romero rozó el gol en el minuto 3 tras un centro de Vencedor, y Dela tuvo otra ocasión clara de cabeza poco después. El Ciutat rugía, pero el Real Madrid reaccionó con calidad y Mathew Ryan sostuvo a los locales con varias intervenciones de mérito. Aun así, Vinícius abrió el marcador con un gran disparo en el 28 y Mastantuono amplió la ventaja antes del descanso.

Lejos de rendirse, el Levante regresó al campo con convicción. El empuje local tuvo recompensa cuando Carlitos Álvarez generó una acción que acabó en el cabezazo de Etta Eyong para poner el 1-2 y devolver la ilusión a la grada. Durante unos minutos, Orriols creyó en la remontada, pero Mbappé apareció con dos chispazos: primero transformando un penalti con calidad y después resolviendo un mano a mano para sentenciar el partido.

A pesar del resultado adverso, el Levante mostró personalidad, intensidad y capacidad de competir ante un rival de enorme nivel. La afición reconoció el esfuerzo y despidió al equipo con aplausos, consciente de que el camino emprendido en esta temporada es el correcto. Para los de Calero, el encuentro deja aprendizajes y refuerza la idea de que, con trabajo y continuidad, se puede plantar cara a cualquiera en la categoría.

El Real Madrid, por su parte, mantiene su pleno de victorias en LaLiga y continúa marcando diferencias en cada jornada.